31-10-2013, 23:48
Como estoy recién incursionando en esta aventura del foro, decidí traerles algo que me sucedió hace algunos sábados y, me trajo consigo, varias discusiones con mis más cercanos debido a las variadas opiniones recibidas.
Hace menos de dos meses me fui a vivir solo, alquilo una especie de PH en Parque Chas. Tengo actualmente unos 22 años, pero aunque me tilden de pichón, creí tener la madurez necesaria como para tomar esa decisión. Vivía con mi vieja y con mi hermano en Palermo.
El segundo sábado de soledad, ya instalado con todas mis pertenencias en mi nuevo hogar, decidimos con mis amigos ir a barear y bailar a un lugar llamado Tazz Soho, que queda en la calle Armenia en Palermo, algunos lo conocerán. El lugar tiene unos tres pisos, el último se arma medio bolichón a eso de las 2 de la matina. Tenía un conocido que trabajaba ahi, y como yo ya conocía el lugar y me parecía copado, fuimos. Hicimos una breve previa en el segundo piso y a eso de las 2.30 subimos pal' bailongo. Como imaginarán, una variedad de nacionalidades mezcladas dando vueltas, hembras de todos los tipos, formas y colores, y entre miradas, fiché una brasilera. No era una brasilera más, era LA brasilera. Como me considero un tipo semi-inseguro por momentos, y sobre todo con minas así, esperé a terminar un par de fernets para poder acercarme. Me acerqué y logré romper el hielo con un chiste que me enseñó mi tía misionera en portugués. Esto hace un año haciendo teatro de modo que eso también me ayudó un poco. A los 15 minutos de charla, logro besarla un buen rato y pedirle el teléfono. 25 años tenía ella. Todavía no me animaba a llevármela a casa. Salimos del boliche y mis amigos levantándome entre todos cual campeón del mundo, pero ebrios, no fue tan agradable. Cuestión que cada uno se fue para la suya, pero al día siguiente ya estábamos hablándonos.
Logré convencerla de que el viernes siguiente venga a cenar a casa, y así sucedió. Imaginense que vivir en Parque Chas ya da miedo a mis familiares y amigos, explicarle a una brasilera que habla como Anamá Ferreira cómo llegar a mi casa no fue nada fácil.
Llegó el día y el horario acordado, viernes 10 de la noche. Toca el timbre, bajo y la ayudo a bajar del taxi. Tenía un jean rojo ajustado, más entangado que la mierda, una remera suelta negra que le caía por el hombro, y su ombligo se asomaba al andar. Sube las escaleras y yo de atrás, acompañándola, viendo lo que me iba a comer esa noche. No se imaginan lo que era eso, nunca en mi vida me había pasado algo por el estilo.
Entramos al departamento, nos reímos un rato y pedimos unas pizzas ya que desafortunadamente tenía la heladera vacía. Mientras esperamos la pizza, me pide ir al baño, accedo cordialmente mientras ella me pregunta: ¿limpiaste todo me imagino no?, "obvio" contesto haciéndome el canchero. Efectivamente había limpiado todo, al menos todo lo que yo creía que había que limpiar. Sale del baño maravillada por el buen trabajo que había hecho con el Mr Músculo y empieza a caminar sobre mi living. Pasa el dedo por el último estante del último mueble del ambiente. "Tierra!" me dice nerviosa. A lo que respondo riendo: "Esa parte me faltó, creía que no la ibas a ver". A partir de ese momento entendí la obsesión de la niña, pero no creí que era para tanto.
Llega la pizza, bajo, pago ($90 carísima), subo. Sirviéndole una porción me pregunta: "¿conocés la pizzería?". A todo esto imaginense que no era español, era un portuñol medio barato. "No" respondí con sutileza, aclarando que ya había comprado en otra oportunidad. Instantaneamente se me ocurre la siguiente broma: "pero seguro que el que la estaba amasando se la pasó por las axilas antes de envolverla, jajaja". Se quedó muda. Ni una palabra. Me devolvió la porción y me dijo: "guardala". Intenté convencerla de lo contrario, pero prácticamente tuve que tirar la pizza a la basura, me la hizo tirar.
Después de comer unas Lays y tomar unas cervezas que tenía por ahi, intenté concentrarme únicamente en ponerla para por lo menos honrar a la pobre pizza.
Luego de que ella vaya 7 veces al baño, en esta última sale, y me encara. Me dice que la bese, y ahi empezamos. Eran besos bastante salvajes. La pongo contra la pared y empezamos a agarrarnos con más pasión; todavía con ropa. Nos comenzamos a desvestir de a poco, mientras la tenía acorralada contra la pared, y de repente, me agarra y me cambia de rol. Me pone a mi contra la pared y ella empieza a tomar el control. Comienza a besarme el cuello hasta que de pronto siento que entra a succionármelo. Si, empezó como a hacerme mega chupones a lo loco y yo no lo supe manejar muy bien. Intento retomar el control, pero me agarra el pelo, me mueve la cabeza y me sigue succionando y hasta moriendo el cuello. Al principio era bancable, hasta que me comenzó a molestar y puse carita como que me dolía, haciéndole entender que no me gustaba, pero intentando de no cortar el momento hot. Me mira y me dice: "por qué ponés esa cara?" y PLAFFF, cachetazo. Fuerte, muy fuerte. Me la banqué me hice el boludo, le dije que estaba todo bien, hasta que volvió a morder, puse la carita de nuevo y PLAFFF, otra vez. Así tres veces hasta que le dije: "Mirá, no se como serán en tu país pero acá esto no funciona, por lo menos conmigo, no te sigo". Me miró, me dijo que nadie nunca le hizo eso, se puso como loca y se fue, sin sus cosas. Salí corriendo a alcanzarle la campera y la cartera, yo medio en bolas, y la ayudé a bajar la escalera. Ella puteándome en portugués. Más loco fue que después me agarró de la mano parar que la acompañe a tomar un taxi, diciéndome que le salía caro volver. Me hice el boludo, se subió a un taxi y no la vi ni hablé nunca más.
¿Hice bien? ¿Hice mal? ¿Qué debería haber hecho?
Para mi era una loca de mierda, tuve mala leche.
Hace menos de dos meses me fui a vivir solo, alquilo una especie de PH en Parque Chas. Tengo actualmente unos 22 años, pero aunque me tilden de pichón, creí tener la madurez necesaria como para tomar esa decisión. Vivía con mi vieja y con mi hermano en Palermo.
El segundo sábado de soledad, ya instalado con todas mis pertenencias en mi nuevo hogar, decidimos con mis amigos ir a barear y bailar a un lugar llamado Tazz Soho, que queda en la calle Armenia en Palermo, algunos lo conocerán. El lugar tiene unos tres pisos, el último se arma medio bolichón a eso de las 2 de la matina. Tenía un conocido que trabajaba ahi, y como yo ya conocía el lugar y me parecía copado, fuimos. Hicimos una breve previa en el segundo piso y a eso de las 2.30 subimos pal' bailongo. Como imaginarán, una variedad de nacionalidades mezcladas dando vueltas, hembras de todos los tipos, formas y colores, y entre miradas, fiché una brasilera. No era una brasilera más, era LA brasilera. Como me considero un tipo semi-inseguro por momentos, y sobre todo con minas así, esperé a terminar un par de fernets para poder acercarme. Me acerqué y logré romper el hielo con un chiste que me enseñó mi tía misionera en portugués. Esto hace un año haciendo teatro de modo que eso también me ayudó un poco. A los 15 minutos de charla, logro besarla un buen rato y pedirle el teléfono. 25 años tenía ella. Todavía no me animaba a llevármela a casa. Salimos del boliche y mis amigos levantándome entre todos cual campeón del mundo, pero ebrios, no fue tan agradable. Cuestión que cada uno se fue para la suya, pero al día siguiente ya estábamos hablándonos.
Logré convencerla de que el viernes siguiente venga a cenar a casa, y así sucedió. Imaginense que vivir en Parque Chas ya da miedo a mis familiares y amigos, explicarle a una brasilera que habla como Anamá Ferreira cómo llegar a mi casa no fue nada fácil.
Llegó el día y el horario acordado, viernes 10 de la noche. Toca el timbre, bajo y la ayudo a bajar del taxi. Tenía un jean rojo ajustado, más entangado que la mierda, una remera suelta negra que le caía por el hombro, y su ombligo se asomaba al andar. Sube las escaleras y yo de atrás, acompañándola, viendo lo que me iba a comer esa noche. No se imaginan lo que era eso, nunca en mi vida me había pasado algo por el estilo.
Entramos al departamento, nos reímos un rato y pedimos unas pizzas ya que desafortunadamente tenía la heladera vacía. Mientras esperamos la pizza, me pide ir al baño, accedo cordialmente mientras ella me pregunta: ¿limpiaste todo me imagino no?, "obvio" contesto haciéndome el canchero. Efectivamente había limpiado todo, al menos todo lo que yo creía que había que limpiar. Sale del baño maravillada por el buen trabajo que había hecho con el Mr Músculo y empieza a caminar sobre mi living. Pasa el dedo por el último estante del último mueble del ambiente. "Tierra!" me dice nerviosa. A lo que respondo riendo: "Esa parte me faltó, creía que no la ibas a ver". A partir de ese momento entendí la obsesión de la niña, pero no creí que era para tanto.
Llega la pizza, bajo, pago ($90 carísima), subo. Sirviéndole una porción me pregunta: "¿conocés la pizzería?". A todo esto imaginense que no era español, era un portuñol medio barato. "No" respondí con sutileza, aclarando que ya había comprado en otra oportunidad. Instantaneamente se me ocurre la siguiente broma: "pero seguro que el que la estaba amasando se la pasó por las axilas antes de envolverla, jajaja". Se quedó muda. Ni una palabra. Me devolvió la porción y me dijo: "guardala". Intenté convencerla de lo contrario, pero prácticamente tuve que tirar la pizza a la basura, me la hizo tirar.
Después de comer unas Lays y tomar unas cervezas que tenía por ahi, intenté concentrarme únicamente en ponerla para por lo menos honrar a la pobre pizza.
Luego de que ella vaya 7 veces al baño, en esta última sale, y me encara. Me dice que la bese, y ahi empezamos. Eran besos bastante salvajes. La pongo contra la pared y empezamos a agarrarnos con más pasión; todavía con ropa. Nos comenzamos a desvestir de a poco, mientras la tenía acorralada contra la pared, y de repente, me agarra y me cambia de rol. Me pone a mi contra la pared y ella empieza a tomar el control. Comienza a besarme el cuello hasta que de pronto siento que entra a succionármelo. Si, empezó como a hacerme mega chupones a lo loco y yo no lo supe manejar muy bien. Intento retomar el control, pero me agarra el pelo, me mueve la cabeza y me sigue succionando y hasta moriendo el cuello. Al principio era bancable, hasta que me comenzó a molestar y puse carita como que me dolía, haciéndole entender que no me gustaba, pero intentando de no cortar el momento hot. Me mira y me dice: "por qué ponés esa cara?" y PLAFFF, cachetazo. Fuerte, muy fuerte. Me la banqué me hice el boludo, le dije que estaba todo bien, hasta que volvió a morder, puse la carita de nuevo y PLAFFF, otra vez. Así tres veces hasta que le dije: "Mirá, no se como serán en tu país pero acá esto no funciona, por lo menos conmigo, no te sigo". Me miró, me dijo que nadie nunca le hizo eso, se puso como loca y se fue, sin sus cosas. Salí corriendo a alcanzarle la campera y la cartera, yo medio en bolas, y la ayudé a bajar la escalera. Ella puteándome en portugués. Más loco fue que después me agarró de la mano parar que la acompañe a tomar un taxi, diciéndome que le salía caro volver. Me hice el boludo, se subió a un taxi y no la vi ni hablé nunca más.
¿Hice bien? ¿Hice mal? ¿Qué debería haber hecho?
Para mi era una loca de mierda, tuve mala leche.