18-04-2012, 19:11
Hay quienes alientan la estatización de los servicios públicos privatizados, a tono con la creación de varias empresas estatales durante estos muchos años de gobierno kirchnerista y a la no menos importante estatización virtual de las empresas privadas que dependen de la espada de Damocles del subsidio.
El “relato” subliminalmente pretende que “lo público” y las empresas públicas, son de todos, a diferencia de lo privado, que es de unos muy pocos. Y remarca la ficción de que “el Estado” es una entelequia benigna y protectora, cuando en realidad el Estado es solo el gobierno de turno, con sus mas y sus menos.
No teoricemos y recordemos la verdad de las “empresas públicas” en la Argentina, que sufrimos todos entre 1930 y 1990. Ni los conservadores, ni los radicales, ni los peronistas, ni los militares lograron convertir una empresa estatal en una empresa seria. Ninguno, en 60 años.
Valen algunos flashes: desde su expropiación a mediados de los ’40 Entel fue un progresivo desastre hasta el colmo de que instalar un teléfono tardaba 20 o 30 años, salvo los truchos, que por ¡u$s 5000! se conseguían en pocos meses. Los trenes, también estatizados en esa época, fueron perdiendo puntualidad, limpieza, comodidad, modernidad y ahora también han perdido la mas elemental seguridad de tener frenos.
La electricidad no se quedó atrás y todos los mayores de 50 años nos acordamos de los permanentes cortes de Segba. Que solo se parangonaban con la endémica falta de gas en invierno, carencia que nos garantizaba Gas del Estado. Obras Sanitarias no modernizó su red de aguas y cloacas en décadas. Y los subtes, que fueron de los primeros del mundo... siguen con los mismos vagones, que debieran estar en un museo. La lista de ejemplos es tan larga como la nómina de empresas públicas con la que los sucesivos gobiernos de todos los sectores políticos, castigaron al ciudadano consumidor.
Con semejante experiencia acumulada cualquier discusión ideológica o teórica sería burlarse de la gente. Cuando el gobierno es el dueño de la empresa, no la dirige bien porque tiene mil condicionamientos políticos, gremiales y de incapacidad de gerenciamiento, amén de tentaciones multimillonarias para corromperse. Y ni siquiera la controla, porque los órganos controladores quedan sometidos en los hechos a las empresas controladas. Pasó siempre y va a seguir pasando.
http://www.urgente24.com/197896-estatizar-y-destruir
El “relato” subliminalmente pretende que “lo público” y las empresas públicas, son de todos, a diferencia de lo privado, que es de unos muy pocos. Y remarca la ficción de que “el Estado” es una entelequia benigna y protectora, cuando en realidad el Estado es solo el gobierno de turno, con sus mas y sus menos.
No teoricemos y recordemos la verdad de las “empresas públicas” en la Argentina, que sufrimos todos entre 1930 y 1990. Ni los conservadores, ni los radicales, ni los peronistas, ni los militares lograron convertir una empresa estatal en una empresa seria. Ninguno, en 60 años.
Valen algunos flashes: desde su expropiación a mediados de los ’40 Entel fue un progresivo desastre hasta el colmo de que instalar un teléfono tardaba 20 o 30 años, salvo los truchos, que por ¡u$s 5000! se conseguían en pocos meses. Los trenes, también estatizados en esa época, fueron perdiendo puntualidad, limpieza, comodidad, modernidad y ahora también han perdido la mas elemental seguridad de tener frenos.
La electricidad no se quedó atrás y todos los mayores de 50 años nos acordamos de los permanentes cortes de Segba. Que solo se parangonaban con la endémica falta de gas en invierno, carencia que nos garantizaba Gas del Estado. Obras Sanitarias no modernizó su red de aguas y cloacas en décadas. Y los subtes, que fueron de los primeros del mundo... siguen con los mismos vagones, que debieran estar en un museo. La lista de ejemplos es tan larga como la nómina de empresas públicas con la que los sucesivos gobiernos de todos los sectores políticos, castigaron al ciudadano consumidor.
Con semejante experiencia acumulada cualquier discusión ideológica o teórica sería burlarse de la gente. Cuando el gobierno es el dueño de la empresa, no la dirige bien porque tiene mil condicionamientos políticos, gremiales y de incapacidad de gerenciamiento, amén de tentaciones multimillonarias para corromperse. Y ni siquiera la controla, porque los órganos controladores quedan sometidos en los hechos a las empresas controladas. Pasó siempre y va a seguir pasando.
http://www.urgente24.com/197896-estatizar-y-destruir